Breve historia y analisis de la situación actual del movimiento sindical colombiano.
Seminario Nacional, Bogotá, 28 y 29 de Julio 2011. El gobierno de los Santos es la continuación del de Uribe, Pastrana, Gaviria y compañía.
La Central Unitaria de Trabajadores CUT, nació en Diciembre de 1986, bajo las banderas de las ideas bolivarianas y principios de clase del movimiento obrera internacional. Su creación se dio por la política de unidad de la Confederación Sindical de Trabajadores de Colombia –CSTC- de orientación clasista, que integró toda su fuerza sindical para la nueva central, así como del sindicalismo no confederado de orientación revolucionaria y algunos sectores sindicales que se desprendieron de la corrupta y espuria UTC, Central clerical que había dividido a la CTC en 1946 y que se derrumbo a mediados de la década de los 80, por el peso de la corrupción en su interior, debido a las peleas intestinas por la repartición de los dólares que le suministraba el Instituto Shiler y el Instituto Americano para la Educación Sindical Libre, ambas ligadas al sindicalismo de orientación patronal que aún recibe la financiación de los monopolios transnacionales y gobiernos capitalistas, particularmente de Europa y Norteamérica.
La CUT, nace no como una confederación, sino como una central cuyo fin fue la de centralizar los trabajadores a través de los sindicatos por rama industrial, siendo estos su eje central y determinó una política organizativa en la cual se le daba prioridad al sindicalismo por rama industrial, sustituyendo las federaciones tanto departamentales como por rama industrial. Esa política organizativa resolvió en parte la situación de las Federaciones departamentales ya que logró crear las subdirectivas Cut en cada uno de los departamentos del país, fusionando las diferentes Federaciones Departamentales en estas subdirectivas-Cut., sin embargo, no resolvió el problema de las Federaciones por rama industrial, por que la decisión de acabar por decreto las federaciones por rama industrial, se tomó sin resolver la unidad sindical por rama industrial; situación que perdura hasta nuestros días, sin que se tome una decisión, acorde con nuestra realidad, debido a que la Central, fue tomando posiciones socialdemócratas que predominan en su dirección. El planteamiento Marxista en el sentido de que la composición de clase determina la posición de clase, es muy evidente en su ejecutivo, pues no hay una voluntad política en su dirección para fortalecer el sindicalismo industrial, agrario y de otros sectores privados; 15 de los 21 miembros del Comité Ejecutivo de la CUT, son maestros; 2 pertenecen al sindicato bananero –Sintrainagro-; 2 son petroleros integrantes de la USO; 1 compañero de la salud y otro del sector privado.
¿Por qué se dio esta desviación socialdemócrata en la dirección de la CUT, teniendo en cuenta que cuando se creó, el 90% de sus organizaciones tenían una orientación de izquierda?, hay varios elementos que deben de tenerse en cuenta en el análisis de esta desviación en la dirección de ésta central.
1. El terrorismo de estado que se impuso en la etapa de mayor acumulación imperialista, condujo al asesinato de alrededor de 5.000 dirigentes y activistas sindicales, descabezando a muchas organizaciones sindicales y federaciones a nivel nacional y regional, integrantes de la Central Unitaria de Trabajadores CUT, y el destierro, asilo y amenaza a muchos otros compañeros, particularmente de la izquierda Colombiana.
2. Las políticas neoliberales impuestas al país y al mundo, a partir de la caída del muro de contención del capitalismo, al desaparecer la Unión soviética y otros países socialistas de Europa, produciéndose una desmoralización en la dirigencia sindical y social que veían el socialismo de esta parte del mundo, como la salvación de los trabajadores, simultáneamente el imperialismo impuso el “consenso” de Washington ideado en 1989, a través el ALCA y sus TLC en nuestra America.
3. La izquierda siendo mayoría cuando se creó la CUT (90%), desarrollo una política de alianzas equivocada, que fue aprovechada por algunos oportunistas provenientes del liberalismo y conservatismo que venían de las centrales patronales corruptas como UTC, CTC y CGTD, quienes chantajeaban con planteamientos de que sino se les dejaba la presidencia y otros cargos importantes en la CUT., se marchaban de la Central Obrera, en esas condiciones se les cedió en sus posiciones, lo que fue aprovechado para crear estructuras internas, contrapuestas a la mayoría; constituyendo el denominado Frente Unitario de los Trabajadores FUT de orientación reformista sociopolítico y lo afiliaron a la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres CIOSL, además todos los Presidentes que han pasado por la CUT., desde su creación, han sido Ministros de Trabajo, Alcaldes, o han ocupado otros cargos del Estado capitalista Colombiano y no se han destacado por ser defensores de los intereses obreros, sino del capital, pese a que no han tenido el poder, sino cargos de administración municipal, departamental o Ministerios; el poder lo ejercen las transnacionales, el gran capital nacional, las fuerzas armadas, el clero etc., y estos ex dirigentes de la central nunca se preocuparon, ni se preocupan, por crear poder popular con el pueblo, como lo han hecho otros gobiernos en Latinoamérica.
4. El movimiento sindical sufre una profunda crisis, ante todo de índole político-ideológica y organizativa. En lo político se han venido perdiendo, abandonando o traicionando las posiciones de clase, en defensa de los intereses de los trabajadores y se ha entrado en una política de conciliación de clases y de concertación, que para el gobierno significa claudicación, por que éste no negocia sino que impone sus políticas a los trabajadores y al pueblo, por lo tanto no hay una respuesta táctica y estratégica de la mayoría del movimiento sindical, que reivindique los intereses obreros, por el contrario se vienen imponiendo las políticas corporativas de los monopolios transnacionales a través de algunos dirigentes sindicales de las cúpulas, que entre otras cosas desvirtúan la lucha de clases como: a los patronos no se les llama por este nombre, ya que los trabajadores lo asocian con opresor, esclavista, explotador y tirano, sino empleador, es decir, quien da trabajo, quien mantiene a los trabajadores, quienes producen riqueza en beneficio del País; a los monopolios transnacionales, que para el obrero significa acumulación de capitales en pocas manos y financiadores de la violencia y muerte hacia el pueblo y hacia los dirigentes y activistas sindicales, no se les dice como tal, sino que ahora se les llama multinacional, que matiza a los monopolios, considerando que tienen propiedades mixtas entre naciones y que hacen integración; se ha venido imponiendo la estandarización, a través de los llamados ISO, de control de calidad, de productividad, de desarrollo social, de seguridad industrial, de control poblacional, etc., con el propósito de eliminar la competencia de los pequeños y medianos productores e imponerse la política monopolista; en lo laboral se han venido imponiendo los contratos sindícales y de cooperativa de trabajo asociado, aparte de las otras formas de tercerización, con el aval y participación de algunos dirigentes sindicales pertenecientes de las 4 centrales obreras existentes, incluida la Uribista, creada hace dos años; a la táctica y a la estrategia no se le llama así, por que suena a confrontación, ahora se le denomina la misión visión, todo ese lenguaje patronal ha permeado no solo al movimiento sindical sino también a vastos sectores de la población. Igualmente, se plantea una terminología del mal llamado sindicalismo “libre y democrático”, en términos concretos es la libertad de que los patronos y el estado capitalista imponga su ideología en el seno del movimiento sindical. En lo organizativo, se ha querido imponer el modelo de comisiones obreras de España, Noruega, Canadá, Holanda, etc. al interior de la CUT, sin tener en cuenta la realidad nacional y el porcentaje de sindicalización del país, el cual gira cerca del 10%, frente alrededor de 10 millones de trabajadores colombianos asalariados, sin embargo, en Europa funcionan las Federaciones por rama y tienen poder de negociación.
5. Existe un problema estatutario, para hacer parte de los órganos de dirección de la CUT. (junta nacional) y es la falta de democracia, desde luego, no se trata de un problema organizativo, sino un elemento político, impuesto desde el exterior y acogido por las diferentes fuerzas políticas que han predominado en la dirección de la central, con un argumento falaz; y es que los sindicatos “pequeños”, es decir, con menos de 5 mil afiliados o las federaciones de industria con menos de 20 mil afiliados, al no tener derecho a participar en la dirección de la CUT, se ven obligados a integrarse a un sindicato de industria. Han pasado 25 años y eso no ha sucedido, sin embargo, hay una negativa serrada y desinterés a discutir dicho problema y la causa está en que puede cambiar la correlación de fuerzas en la dirección y a eso no están dispuestos a ceder los que están arriba. Para que la CUT, se dinamice y retome las posiciones de clase, debe de ser incluyente y democrática, permitiendo la participación en su dirección de los sindicatos obreros, industriales y agrarios, duramente golpeados, pues de acuerdo a la sustentación hecha al inicio del documento, la composición de clase determina la posición de clase. Además, al estatuto de marras, se le introdujo la defensa de la responsabilidad social empresarial, arbitrariamente después del V Congreso de la Central, que es una política voluntaria de los monopolios transnacionales, planteada en la ONU y la OIT a finales de los años 60, que no tiene ninguna aplicación real, pues de lo que trata es de un control social.
LOS PRINCIPALES RETOS DE LAS COMUNIDDES Y EL MOVIMIENTO SINDICAL.
Sólo el día en que ese caudal de riquezas estuviese nacionalizada, bien administrada, racionalmente explotada y dirigida a satisfacer fundamentalmente las necesidades básicas de la población podríamos acabar con el marginamiento y las angustias que lacera la vida de los habitantes empobrecidos y excluidos de nuestra martirizada patria, esperanzados en gozar de los frutos de su trabajo y las bondades de la naturaleza, como quiera que esa titánica tarea no es posible resolverla favorablemente sino mediante la unidad y movilización de las fuerzas democrática, populares y patrióticas, cae de su peso que el movimiento sindical, campesino y comunal deben liderar a nivel regional, nacional la coordinación de acciones y propuestas nacionales que confluyan todas las fuerzas democráticas; para nuestro caso hay que incentivar la formación de los CONSEJOS y CABILDOS PATRIOTICO POR LA DEFENSA DE LA SOBERANIA ALIMENTARIA, LOS RECURSOS NATURALES, LOS DERECHOS LABORALES, LA SOBERANÍA Y EL PATRIMONIO NACIONAL; en tales condiciones es prerrequisito la UNIDAD SINDICAL Y LA ALIANZA OBRERO-CAMPESINA Y POPULAR y esta se debe forjar al calor de las luchas coordinadas y con base en programas de avanzada, métodos de trabajo adecuados y mucha educación popular.
En ese empeño, mantenemos en alto las banderas patrióticas en defensa de ECOPETROL, la nacionalización del patrimonio químico y petroquímico y la infraestructura del país en materia de gas y petróleo. Seguimos templando fuerzas en la brega por la nacionalización de los recursos mineros e industrialización soberana de nuestro país. Tenemos el reto impostergable de proteger los derechos laborales y sindicales, condiciones de trabajo dignas y remuneración justa para los trabajadores, mediante la movilización, la organización y la confrontación política y Sindical.
EXIGIMOS la Derogatoria de las leyes Ley 685 de 2001 y 1382 del 2010, nuevo Código de Minas, la necesidad imperiosa de una ley marco minero-energética soberana, teniendo en cuenta las necesidades y realidades nacionales, para resolver las necesidades socio- económico de la población y las regiones, mientras se diseña una nueva normatividad en la materia con participación de las fuerzas sociales y sindicales. Exigimos igualmente, eliminar los sistemas de contratación y subcontratación leonina a través de las cooperativas de trabajo asociado, contrato sindical etc., en todo el territorio nacional, incluido el sistema de pasantías. En su lugar restituir el carácter laboral a toda contratación de trabajadores, inclusive los aprendices del SENA. Exigimos fuentes de trabajo, con salarios dignos para la masa de desempleados. Además, en procura de brindar condiciones humanas de vida y trabajo para las comunidades que viven alrededor de los proyectos mineros; reclamamos inversión real, efectiva y directa en atención de salud, educación, vivienda y alimentación. Claro está, poniendo control a los monopolios y eliminando la red de contratistas y la corrupción en todos los niveles del estado que carcomen el erario público.
Las organizaciones sindicales, en su proceso de fortalecimiento, deben preparar los pliegos nacionales contra el contratismo, por rama y subsector. Nos vinculamos a la acción internacional convocada por la F.S.M., para el 3 de Octubre de 2011, por 35 horas de trabajo semanal, por la defensa de los derechos laborales y sindicales, contra los monopolios y la crisis capitalista etc. Nuestras tareas prioritarias van encaminadas a la preparación del Paro Cívico Nacional para el 2º semestre del 2012, contra el plan nacional de desarrollo, la soberanía nacional, por la salida política al conflicto social y armado etc. Otra terea a corto plazo, es la constitución de un Tribunal Gran Colombiano de Libertad Sindical, para colocar en la picota pública al Estado y a los patronos.
POLITICA Y CONCEPCION DE PAZ
Sobre la paz, hay dos concepciones cardinales que son planteadas permanentemente en la discusión nacional. La primera es la concepción oligárquica, consistente en la paz de los sepulcros, combina con la paz romana, entendida esta, cómo la paz del vencedor contra el derrotado, el humillado y la eliminación física del contradictor, permitiéndoles mantener su irracional poder político y económico. La segunda, es la concepción proletaria, consistente en la paz con justicia social, que implica igualdad de oportunidades y de condiciones, participar realmente en las decisiones principales de la Nación; que exige distribución de la riqueza nacional, desarrollo de las fuerzas productivas del País (industrialización), progreso social y ejercicio legítimo de la Soberanía e independencia Nacional.
Las clases dominantes que ejercen el poder en Colombia, las clase oligarca nacional y trasnacional, pregonan una falsa política de paz Nacional, bajo el sello de su concepción, que encubre a un estado violento y criminal, el cual ha superado las dictaduras militares fascistas de la región. En esa paz romana y de los sepulcros han sucumbido en masacres, en la última dos décadas, millares de dirigentes Sindicales, campesinos, estudiantes, indígenas, afro-descendientes e inermes, cuyo único delito fue defender los derechos de los trabajadores, campesinos y pobres de éste país, así como el patrimonio y la soberanía de la Nación. Bajo la lógica de “Paz” Romana se considera que primero hay que derrotar al adversario para sentarlo a la mesa o pedir su capitulación y su entrega a cambio de nada. Este modelo de “negociación” elevado a la política oficial del estado, fracasará ya que no resuelve las causas del conflicto social y armado.
En las condiciones nacionales, se han probado otras formas de negociar, que aunque no han dado resultados inmediatos si están en las perspectivas hacia el futuro, ellas no tienen nada que ver con la claudicación, ni con la entrega de las conquistas; mucho menos con la impunidad que se agencia tras del “perdón y olvido”, sino con la búsqueda de reales y efectivas soluciones políticas al conflicto social y armado, las cuales pasan por profundos y radicales cambios en las estructuras del poder, en las Instituciones Políticas y en las oportunidades de trabajo, educación, salud y distribución de la riqueza Nacional, ley de tierras y agraria democrática, para el bienestar de los Colombianos que forjamos la riqueza nacional, la nacionalización de los recursos naturales, que han sido las fuentes del subdesarrollo, la violencia y el terrorismo de estado.
Los trabajadores del campo y la ciudad, por principio nos oponemos a la guerra, pues esta trae consigo el recorte de las libertades, despojo, destierro, abusos de poder y extremo deterioro de las condiciones de vida y de trabajo de las mayorías. Por lo anterior, nos pronunciamos decididamente por el acuerdo humanitario y la solución política del conflicto social y armado en Colombia y la paz mundial y de amistad con nuestros pueblos hermanos; por ello privilegiamos la movilización del pueblo y los trabajadores demandando las reformas políticas, económicas, sociales y culturales que requiere la nación con el fin de alcanzar la paz con democracia real y justicia social, esa es la razón de ser de nuestra lucha y horizonte de nuestras esperanzas.