La situación política en la RD del Congo sigue siendo tensa después de la decisión del Presidente saliente, Joseph Kabila que permanece más de una década en el poder, de ignorar las reacciones de los partidos de oposición y demorar las elecciones ya pospuestas muchas veces, para el mes de abril de 2018, alegando entre otros “problemas de infraestructuras” que supuestamente impedirían la celebración de elecciones limpias. Ayer, Kabila no dudó en ordenar a policías y soldados armados hasta los dientes que bañaran de sangre las masivas protestas antigubernamentales en la capital de Kinsasa y en otras ciudades como Lubumbashi, Goma y Matadi. Las balas disparadas por los soldados y policías mataron y hirieron a varias decenas de personas mientras que se detuvieron muchos otros.
La situación explosiva formada hace muchos años en la RD del Congo está estrechamente ligada con las rivalidades intraimperialistas entre los EEUU y China por la explotación de los recursos mineros de los países africanos y la promoción de los intereses de sus monopolios respectivos en los mercados en desarrollo.