Miles de manifestantes se concentraron en varios puntos de Lima, exigiendo de renuncia de la presidenta Dina Boluarte y el adelantamiento de elecciones, después del intento de autogolpe de Estado del ex presidente Pedro Castillo. Según la revista, Clarin, en total, 55 personas murieron en los disturbios, la mayoría en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. La última fatalidad se dio ayer por la tarde en enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad en Arequipa, la segunda ciudad de Perú. Las protestas han crecido al punto de que es poco probable que los manifestantes se conformen con la dimisión de Boluarte. Ahora también exigen una reforma estructural ante la elevada crisis de confianza de la élite gobernante.
La Federación Sindical Mundial hace un llamamiento a sus miembros para que expresen su solidaridad con el pueblo peruano y los sindicatos de clase del país y condenen las prácticas antidemocráticas y autoritarias del régimen que sigue abusando del poder de forma práctica.