Fenece el 2023, para dar paso al nuevo 2024, como todo en la vida, en la sociedad y el conocimiento, evoluciona y se transforma, pero el inicio de un nuevo año, sólo es una formalidad, porque al pasar del 31 de diciembre al 1 de enero, en realidad no cambia nada, que no sea el calendario, los acaudalados y explotadores seguirán siendo tales, de la misma manera que los obreros, los trabajadores, los jubilados, los sectores populares y los explotados del mundo seguirán siendo tales.
De manera que cada nuevo año, es la continuidad del año anterior, es la continuidad de la lucha de clases, los explotadores seguirán explotando y nosotros los explotados continuaremos en la lucha, tratando en ocasiones de mantener los derechos alcanzados, y en ocasiones tratando de avanzar en nuevas conquistas.
En el sistema capitalista esa es la ley, así está establecido, así lo promueven quienes manejan el mundo en nombre del capital, quienes explotan a la humanidad en nombre de la falsa democracia (falsa por ser burguesa), quienes fabrican guerras (por necesitarlas el Imperialismo, que es el que ayuda a la continuidad del Capitalismo) en nombre de la paz (incluso han dado el Nobel de la Paz a grandes asesinos), y asesinan en nombre de la vida, son imperialistas y sionistas como producto propio del capitalismo.
En los últimos tiempos vemos como en algunos países, los pueblos, incluidos obreros y trabajadores, eligen a conocidos personajes de derecha, incluso de ultra derecha como el caso de Argentina, rabioso anticomunista, que acusa de comunista a su coterráneo el Papa.
Por un lado, la derecha abierta, por otro lado una derecha disfrazada de izquierda o de progresista, tomados de la mano con la social democracia (en la que participan formaciones como Syriza en Grecia, o Podemos y Sumar en España, todas engañando a sus votantes pues hacen en el gobierno lo contrario de lo prometido en su campaña electoral), en una cruzada para desviar del camino de la lucha de clases a todos los explotados del mundo, son esas las fuerzas a las que nos enfrentamos, quienes a partir del reconocimiento de la existencia de las clases sociales, hemos optado por la posición de defensa de los derechos laborales, socio económicos y políticos de los explotados del mundo, como lo hace nuestra matriz, la Federación Sindical Mundial, FSM.
Partimos de reconocer también, que el fascismo es la expresión última y el mecanismo más extremo, al que recurren el Capitalismo y el Imperialismo, para aferrarse a su sistema de explotación, en contra de quienes somos los defensores de una verdadera democracia, esto es de quienes trabajan y producen la riqueza mundial.
Por eso, como clase obrera que integra tanto a trabajadores activos como a pensionistas, nuestra lucha anticapitalista y antimperialista, en el 2024 tiene que ser también una lucha antifascista, para la derrota total de todo sistema de explotación, que permita avanzar por la senda del socialismo, no como fin, sino como el camino hacia la sociedad comunista.
PALESTINA VENCERÁ