En los últimos dos meses, tres huelgas en el sector del transporte han sido directamente prohibidas y reducidas en su tiempo de trabajo por el ministro Salvini, miembro de la Lega en el gobierno de derechas que preside Giorgia Meloni, a pesar de que habían sido convocadas de acuerdo con la ley, que en Italia es una de las más restrictivas de Europa, y a pesar de que la Comisión de Garantías establecida por ley no había puesto objeciones a su regularidad.
La intervención del ministro no sólo acortó la duración de las huelgas, sino que también impuso multas a las organizaciones sindicales que las promovieron, así como castigos a los trabajadores que se sumaron a ellas.
Los principales objetivos de las huelgas eran la reivindicación de importantes aumentos salariales, el rechazo de la privatización para garantizar un servicio público de calidad y la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores.
Las justificaciones de esta grave intervención son ridículas y carecen de toda objetividad, basándose en la consideración de que las huelgas podrían tener un alto nivel de apoyo entre los trabajadores y, por tanto, perjudicar la movilidad de los ciudadanos. En definitiva, según el gobierno de Meloni y el ministro Salvini, para ser permitidas, las huelgas deben tener una baja participación y no causar molestias.
Está claro que se intenta abolir definitivamente el derecho de huelga en Italia, allanando así el camino a medidas restrictivas en el resto de los países europeos, donde desde hace tiempo se llevan a cabo intentos similares de introducir cambios peyorativos en las normas sobre huelgas.
Hace dos años, la USB envió una denuncia a la Comisión Europea en la que ponía de relieve el carácter totalmente antidemocrático de la legislación italiana sobre huelgas, señalando todas las violaciones de la Constitución italiana y de las normas de la Unión Europea en la materia.
USB Transport ha decidido no aceptar la reducción de las huelgas de 24 horas a 4 horas impuesta por el gobierno, y ha pospuesto y reprogramado las huelgas de 24 horas de una semana a otra, desafiando al gobierno a continuar con esta práctica fascista y movilizando a todas las categorías para defender el derecho de huelga.
USB Transporte