Con motivo del Día Mundial de los Refugiados, la FSM hace un llamamiento a sus más de 105 millones de afiliados en los 133 países de los 5 continentes para que continúen y refuercen su lucha, en todos los sectores y en todas las regiones, por la plena y suave integración de los inmigrantes en las sociedades locales y en todos los aspectos de la vida social, incluidos los sindicatos.
Es evidente que la agresividad imperialista por el control y la explotación de los mercados, los recursos naturales y las rutas energéticas, la barbarie capitalista, las políticas antiobreras y antipopulares, el hambre, la pobreza, la moderna trata de esclavos son los principales factores causales que han obligado directa o indirectamente a millones de personas al desplazamiento forzoso. Los últimos datos según el ACNUR, muestran que hay 108 millones de personas que fueron desplazadas forzosamente en todo el mundo.
Los refugiados son uno de los grupos sociales más vulnerables que son desarraigados de sus países de origen y acaban en los llamados países de acogida donde, en la mayoría de los casos, viven en condiciones inhumanas, enfrentándose a la inseguridad y privados de las necesidades básicas. Los refugiados, así como los migrantes económicos y todas las personas desplazadas por la fuerza, son tratados como “ejército de reserva” para la producción capitalista; cuando los capitalistas necesitan aumentar la producción, los refugiados y los migrantes son explotados como mano de obra barata en condiciones de trabajo inseguras y miserables con salarios de hambre.
Además, el número de personas desplazadas dentro de sus países debido a conflictos, catástrofes naturales, cambio climático y consecuencias económicas aumenta año tras año; según los últimos datos, el número de desplazados internos ascendía a 62,5 millones de personas, según el Observatorio de Desplazados Internos.
Los ataques contra los refugiados van en aumento, con el auge de los gobiernos neonazis y fascistas en todo el mundo, los refugiados son objeto de discriminación y crímenes de odio; además, los gobiernos neoliberales están adoptando políticas anti-refugiados y anti-populares para limitar la entrada de refugiados a sus países, la mayoría de las veces violando los tratados internacionales y los derechos humanos.
Las fuerzas imperialistas interfieren en los asuntos internos de países soberanos dejando guerras y destrucción, imponiendo bloqueos y sanciones económicas que llevan a la gente a huir de sus patrias, mientras hacen todo lo que está en su mano para repeler a los refugiados de entrar en sus países, negándose por tanto a asumir la responsabilidad de sus actos, mientras juegan el papel de defensores y activistas de los derechos humanos.
La última tragedia en el Mediterráneo ha provocado muchas lágrimas de cocodrilo; los líderes europeos salen derramando lágrimas por las víctimas del barco hundido que trasladaba a 750 refugiados, pero siguen financiando conflictos militares e imponiendo sanciones al país del que proceden los refugiados.
Una vez más, el mar Mediterráneo se convierte en una inmensa tumba húmeda para las víctimas de las guerras imperialistas y de la barbarie capitalista, que buscan días mejores en Europa. Una vez más, la UE, con sus políticas e intervenciones, asesina a personas.
El movimiento sindical clasista internacional une a millones de trabajadores en todos los lugares del planeta contra la explotación, independientemente de su origen, nacionalidad, género, color, religión y cualquier otra diferenciación insustancial.
Luchamos por la creación de centros de acogida dignos y acogedores donde se proporcione comida y atención médica, así como educación a los hijos de los refugiados. La protección de los refugiados es una obligación de los Estados de los países de acogida y no deben transferir este deber a las ONG y a su controvertido funcionamiento. Exigimos la simplificación y aceleración de todos los procedimientos para el transporte seguro de los migrantes a sus países de destino final.
Continuamos e intensificamos nuestra lucha para garantizar las libertades democráticas y los derechos civiles, salarios dignos, condiciones de trabajo y de vida adecuadas, seguridad y prosperidad para todos los refugiados. Reforzamos nuestra voz por la disolución de la OTAN y la abolición de las intervenciones imperialistas. Nos oponemos a toda forma de discriminación y racismo. Aislamos a la extrema derecha, al neofascismo y a la xenofobia que siembran el veneno, ocultando la verdadera división de la sociedad en explotadores y explotados, al servicio de la perpetuación de la barbarie capitalista.
Con motivo del Día Mundial del Refugiado, la FSM hace un llamamiento a sus más de 105 millones de afiliados en los 130 países de los 5 continentes para que continúen y refuercen su lucha, en todos los sectores y en todas las regiones, por la integración plena y sin problemas de los inmigrantes en las sociedades locales y en todos los aspectos de la vida social, incluidos los sindicatos.