” La pobreza en cualquier lugar es un reto para la prosperidad en todas partes”, subrayó la Declaración de Filadelfia de la FSM, la Internacional Sindical de clase, que declaró la guerra a la pobreza.
– Casi la mitad de la riqueza mundial se concentra en manos del 1% de la población más rica. La riqueza del 1% de las personas más ricas del mundo asciende a 11 trillones de dólares, lo que equivale a 65 veces la riqueza total de la mitad de la población mundial.
– La mitad inferior de la población mundial posee lo mismo que las 85 personas más ricas del mundo.
– Siete de cada diez personas viven en países donde las desigualdades económicas han aumentado en las últimas tres décadas.
– En Estados Unidos, el 1% más rico acaparó el 95% del crecimiento posterior a la crisis financiera desde 2009, mientras que el 90% más pobre se empobreció aún más.
– El 1% más rico aumentó su parte de ingresos en 24 de los 26 países.
– La muerte de niños por desnutrición supera los 115 millones.
Estas fueron algunas de las constataciones reveladas hace unos años. Las desigualdades del sistema de desarrollo capitalista en todo el mundo han provocado y multiplicado el número de personas pobres y que padecen sufrimientos indescriptibles.
En muchos países, “las empresas determinan las reglas, los gobiernos se comportan como (malos) árbitros, promulgando las reglas establecidas por el capitalismo autoritario. Las empresas, las multinacionales y los gobiernos NO elegidos tienen el poder.
Una investigación de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) reveló que la mitad de los trabajadores del mundo no ganan lo suficiente para que ellos y sus familias puedan superar el umbral de pobreza de 2 dólares al día. El resultado obvio es que “la codicia de los ricos se satisface y las necesidades de los pobres no se satisfacen”. El número creciente de “trabajadores pobres” es inevitablemente el resultado de la vía de desarrollo capitalista. La FSM hace un llamamiento contra su desarrollo desigual.
El populismo de Derecha de la Panemia Covid -19, y el aumento del autoritarismo han cambiado el mundo para peor, millones están desempleados. Muchos se enfrentan a la desnutrición. Países y jóvenes desempleados se han visto afectados de forma desproporcionada. Una transformación social más profunda requerirá organización y movilización. Este ha sido el llamamiento de la FSM constantemente en todos los continentes.
El llamado programa de alivio de la pobreza y los programas de reducción de la pobreza en muchos países se quedaron solo en el papel. Una protección social más inclusiva y un desarrollo sostenible, una seguridad alimentaria adecuada y basada en las necesidades y la seguridad de los ingresos son necesarios. Las necesidades de las personas más vulnerables, de los jóvenes trabajadores, de los migrantes, de los trabajadores del sector informal, etc., deben defenderse con luchas de clase, declara la FSM.
La crisis climática es una crisis global que exacerba la desigualdad entre países y dentro de sociedades. Si no nos enfrentamos a la crisis climática, se verán afectados la seguridad alimentaria, el suministro de agua y los sustentos de millones de trabajadores vulnerables.
Se trata, pues, de una cuestión de justicia social y de organización de los trabajadores. Tenemos que fomentar el accionar de los sindicatos de trabajadores y, siempre que sea posible, establecer alianzas con otros movimientos sociales progresistas.
La mano de obra migrante ha sido un rasgo del desarrollo de las economías capitalistas durante varios años. Los regímenes y las prácticas patronales han vuelto vulnerables a los trabajadores migrantes. Los sindicatos tienen que desempeñar un papel clave en la protección de estos trabajadores. El programa de la FSM siempre ha incluido la protección de los trabajadores migrantes.
Más del 40 % de los países del mundo carecen de una democracia plena y contribuyen a economías sustanciales y a la injusticia política. Es necesario construir una solidaridad internacional con ellos. Se les niega la libertad de sindicación, el derecho a organizarse y la negociación colectiva. Estos son caminos que conducen a un enorme aumento de la pobreza. En estos casos el Gobierno no es la solución a nuestro problema. Pero el Gobierno es el problema; por lo tanto, la movilización del pueblo contra esos gobiernos retrógrados es una tarea inmensa e inevitable. Nuestras organizaciones de clase deben estar al frente de las luchas
La FSM continúa su guerra contra la pobreza; las necesidades de los pobres y del proletariado deberán ser atendidas de todas formas. Las luchas continuas cambian a los gobiernos cuyas políticas perpetúan la pobreza. Renovamos nuestro llamamiento a la clase obrera mundial y a las masas trabajadoras para que se unan como una fuerza gigantesca para eliminar la pobreza. Lucha, lucha continua y luchas militantes para eliminar la pobreza y eliminar tales programas de los capitalistas y de los gobiernos que explotan al hombre por el hombre. Instamos a las organizaciones internacionales de las Naciones Unidas y de la Organización Internacional del Trabajo a que se esfuercen por lograr la erradicación de la pobreza.