Del 8 al 11 de mayo de 2012 se celebró el II Encuentro Continental de Trabajadores de la Agricultura y la Alimentación convocados por la FSM y la UISTAAC en Brasilia. En el Encuentro se adoptó la Declaración de Brasilia que dice así:
Reunidos en Brasilia, Brasil los días del 09 al 11 de mayo del 2012, en el marco del II Encuentro Continental de Trabajadores de la Agricultura y la Alimentación convocados por la FSM y la UISTAAC, bajo el lema “Unidos por una verdadera Soberanía y Seguridad Alimentaria”, los representantes de las organizaciones de trabajadores rurales e industriales, campesinos, indígenas, pueblos originarios, productores, cooperativistas y los sectores sociales vinculados a la problemática agrícola y alimentaria del Continente Americano, luego de debatir las temáticas centrales de este Encuentro, acuerdan suscribir y divulgar la siguiente declaración:
América Latina vive bajo el acoso político y económico del imperialismo norteamericano cada vez mas confrontado por la voluntad popular. La reestructuración del mercado mundial, unida a la conformación de democracias formales tuteladas por el imperio, permitió la aplicación de programas de ajuste, la privatización y la entrega de economías nacionales al capital internacional. Este proceso no ha cesado.
Pero surgen movimientos que han provocado cambios, reduciendo la miseria y el desempleo en la búsqueda de justicia social al emerger gobiernos que enfrentan el dominio imperial y neoliberal reivindicando la autodeterminación, la soberanía nacional e, incluso, proclamando la aspiración a construir el socialismo.
Las políticas neoliberales en el agro Latinoamericano han provocado el retroceso en los proyectos de reformas agrarias. Con la promulgación de leyes anticampesinas, se transfieren al mercado millones de hectáreas de tierras que favorecen los procesos de reconcentración, la volatilidad de los precios de los alimentos, el crecimiento de la pobreza, la destrucción de las economías campesinas y la migración rural hacia las ciudades en busca de oportunidades de supervivencia.
La quiebra del sistema financiero internacional evidencia el carácter especulador y expoliador del capitalismo y la inmoralidad y oscuridad de los grandes capitales.
Esta crisis financiera actual agrava directamente la seguridad alimentaria y medioambiental conduciendo a la humanidad hacia la más profunda calamidad social y económica. Ninguna de las soluciones propuestas e impulsadas desde los grandes poderes hegemónicos, incluye el fin de la era del libre mercado, causa generadora de la exclusión, marginación, violencia y de efectos irreversibles ocasionados al planeta, como el calentamiento global.
Para enfrentar los retos de la producción y los servicios de mercado, los trabajadores del campo y de la industria alimentaria han manifestado su resistencia y propósito de lucha a través de grandes movilizaciones, ocupaciones de tierras, impulsando alternativas autogestionarias o demandas laborales y otras como las relacionadas con la seguridad social.
Los movimientos sociales, las centrales sindicales, las movilizaciones de los pueblos indígenas y originarios contra las privatizaciones de los recursos natu rales no renovables y la resistencia popular a las imposiciones de la globalización capitalistas a través del ALCA la que derrotada por la lucha popular y por los gobiernos progresistas, se intenta sustituir por los TLC que también son vigorosamente enfrentados por los pueblos y los trabajadores. Son estos ejemplos fehacientes del rechazo creciente a las exigencias del gobierno estadounidense y sus aliados.
En la actualidad se cierne sobre Latinoamérica el peligro de ser víctima, nuevamente, de la apropiación indiscriminada y brutal de tierras y recursos natu rales, esta vez para la ejecución de mega-proyectos destinados a la producción de agro-combustibles o al agro-negocio y la producción de transgénicos.
Los intentos de apropiación y privatización de las fuentes de agua, energéticos o de la minería traen de la mano el desalojo de campesinos e indígenas de sus asentamientos y el despojo de de sus medios fundamentales de vida, quedando en evidencia que estamos a las puertas de un nuevo genocidio.
En este contexto, los participantes y firmantes de esta declaración nos manifestamos resueltamente contra la dominación imperial y neoliberal y asumimos el compromiso de luchar unificando fuerza y acción para revertir los efectos nocivos que hoy sufren los trabajadores de la agricultura y de la alimentación en el continente americano.
Definimos como contenido esencial de esa lucha, el enfrentamiento al fundamentalismo del libre mercado, al consumismo y la voracidad de las transnacionales, que en su afán enfermizo de acumular riquezas, saquean recursos, destruyen el medio ambiente, siembran el hambre y la desigualdad social, situación ésta que se agudiza a extremos impredecibles con la producción de agro-combustibles y transgénicos.
Consideramos que corresponde a los estados y gobiernos fortalecer su papel regulador y les instamos a que:
• Implementen políticas agroalimentarias y de comercio justo a nivel local y nacional, consolidando la agricultura familiar, sostenible y sustentable que asegure la soberanía y seguridad alimentaria como una opción para enfrentar la crisis alimentaria de los Pueblos, el mejoramiento de la calidad de vida de la población, el uso racional de los recursos natu rales y la preservación de nuestros recursos energéticos.
• Garanticen el acceso de los pequeños y medianos productores al crédito, asistencia técnica e investigación, mercados seguros, seguro agrícola y servicios básicos, fijando precios justos para sus productos.
• Estimulen las formas alternativas de auto desarrollo e integración económica promovida por la iniciativa local y nacional, y como UNASUR, CELAC, impulsadas para América Latina que fortalezcan tales propósitos como lo es el ALBA que constituye la mejor y mayor forma de integración solidaria. La clase trabajadora debe jugar un papel protagónico en la lucha por la integración de los pueblos.
• Apliquen medidas de protección concretas para grupos sociales vulnerables con alto riesgo de enfermar o perecer por desnutrición.
• Reformulen las leyes promulgadas bajo la influencia neoliberal, fundamentalmente las relativas a promoción de inversión extranjera, a fin de retirar las prebendas y beneficios concedidos a las transnacionales y regular políticas de estimulo a pequeños y medianos productores, garantizándoles el acceso a la tecnología, implementos, maquinarias e insumos para el trabajo garantizando la protección medio ambiental.
• Exijan el respeto a los derechos laborales como salario mínimo, empleo estable, seguridad social, condiciones sanas y seguras de trabajo y el constante mejoramiento de las condiciones de trabajo.
Respeten y exijan el respeto a la libertad sindical por parte de las Trasnacionales y se pronuncien contra la criminalización de las luchas obreras, campesinas, indígenas y sindicales por sus legítimos derechos.
Las organizaciones sindicales, de trabajadores rurales e industriales, campesinos, indígenas, pueblos originarios, productores, cooperativistas y sectores sociales vinculados a la problemática agrícola y alimentaria del Continente Americano participantes en este Encuentro, establecemos como prioridades para la acción unitaria las siguientes:
1. Unir a los trabajadores, indígenas, campesinos, jóvenes, mujeres y estudiantes en el enfrentamiento a la conquista que continua impactando sobre el patrimonio natu ral y la conciencia de nuestros pueblos;
2. Impulsar la reforma agraria, la nacionalización de la tierra y su colectivización;
3. Presionar a los organismos internacionales, según sus finalidades y competencias, para que actúen y garanticen el respeto a las normas jurídicas relativas a la agricultura, alimentación y medio ambiente;
4. Luchar por la regulación de los precios de productos básicos de alimentación que favorezcan el acceso popular;
5. Exigir la prohibición total del uso de fertilizantes químicos y productos nocivos que provoquen la esterilidad de la tierra y dañan la salud humana;
6. Respaldar las inversiones conjuntas que aceleren en nuestra región la producción agrícola y la distribución de alimentos, basadas en los principios de la solidaridad, cooperación y con firme compromiso y fuerte participación del Estado a favor de la integración regional.
7. Reconocer que el Programa de soberanía y seguridad alimentaria, lucha por la tierra y de la agricultura familiar sostenible y sustentable que se desarrolla en Brasil y que sostiene como banderas de lucha la CONTAG expresa nuestros anhelos, es un empeño por aunar el esfuerzo, la voluntad y los recursos de los miembros del ALBA y otros países de la región, por lo que merece nuestro firme apoyo.
8. Estructurar una unidad de acción en varios países contra la voracidad y la criminilización de las luchas obreras y sindicales por parte de las Trasnacionales y de los monopolios nacionales de la Industria Alimentaria y de la Agricultura.
Proclamamos nuestra solidaridad con los gobiernos democráticos y progresistas de la región por las transformaciones políticas y sociales justas y equitativas que implementan como respuesta alternativa al modelo del mercado neoliberal. Reafirmamos nuestra demanda de respeto a la soberanía, independencia y autodeterminación de nuestros pueblos.
Expresamos nuestra solidaridad activa y militante con la revolución Cubana, ejemplo de resistencia y lucha consecuente contra el imperialismo y demandamos al gobierno de EE.UU., el levantamiento el bloqueo económico y el cese inmediato de todo tipo de hostilidades que impidan su estabilidad y desarrollo. Reclamamos la liberación de los 5 Héroes Cubanos presos injustamente por luchar contra el terrorismo anticubano.
Reconocemos el decisivo apoyo de la CTB y la CONTAG para el desarrollo de este importante evento.
Llamamos a todas las organizaciones sociales del continente a integrarse a la lucha por la derrota definitiva del capitalismo y su expresión neoliberal, contra la militarización y planes del imperialismo.
Reafirmamos nuestra solidaridad con los trabajadores de la agricultura y la alimentación del mundo que enfrentan en difíciles condiciones a la voracidad de las transnacionales y a las políticas neoliberales e imperialistas.
Rendimos homenaje a América, continente de ricas tradiciones de lucha revolucionaria que tienen ejemplar expresión en: Sandino, Zapata, Martí, Mariàtegui, el Che y Bolívar cuyos legados nos sirven de inspiración en la lucha por “Una América Nueva”.