Abajo el discurso de MATHAPELO KANHYE, coordinadora de la Comité de Mujeres de la FSM.
Saludos compañeras, les envio saludos fraternales de la FSM, representando mujeres trabajadoras de todo el continente. Llevando un mensaje de apoyo bajo el tema “Retos de la Economía Neoliberal-Impacto negativo sobre Mujeres Trabajadoras-El papel del Sindicato”.
Como mujeres trabajadoras y mujeres en particular, tenemos que afrontar a diario los desafíos que derivan de las tendencias neoliberales económicas, que se consideran insostenibles, y eso porque el imperialismo no permite a los pueblos de muchos países a tener acceso a sus recursos y beneficios. Además, el capitalismo no toma en cuenta las divisiones laborales raciales y de género, que es una característica evidente de la economía global.
Compañeras, creo que estamos de acuerdo en que no hay ningún lugar en la Tierra que no lo haya envenenado el capitalismo. Ha permitido que un puñado de intereses privados controle lo más posible la vida social, para maximizar las ganancias personales. Tiene efectos venenosos especialmente en el Tercer Mundo, donde los poderes imperiales siguen pirateando los recursos naturales y humanos para llenar los bolsillos de los capitalistas trasnacionales. Durante las últimas dos décadas, el neoliberalismo se ha convertido en la tendencia económica y política dominante, de gran parte de los gobiernos de izquierda (por lo que se identifican), así como de los de la derecha.
Sin embargo, como mujeres que luchan contra el capitalismo global y su nueva fase, como mujeres que anhelan un mundo mejor donde no haya explotación y abuso, hay que dar un paso adelante para indagar este “neoliberalismo” a través de las experiencias de las mujeres. Y no se trata solo de cómo lo viven linealmente-hay que ir en las profundidades para manifestar cómo el capitalismo funciona de una manera sesgada de género.
La globalización neoliberal ha impedido también que amplie la brecha entre distintas classes de mujeres. El nivel de vida tanto para mujeres trabajadoras de países desarrolladas como para mujeres que vivan en el Tercer mundo está muy por debajo de las expectaciones y las posibilidades de producción. Estudios de organizaciones de mujeres han señalado que el abuso doméstico ha aumentado, ya que maridos y padres que hayan perdido su trabajo expresan su rabia a sus hijas y sus mujeres y recurren a la violencia.
Las fundaciones de sindicatos es algo muy relevante y comunicar siempre la agenda de género en la historia del movimiento laboral y el movimento femenino. A medida que cambian las estratégias de los capitalistas, debe cambiar la organización de la clase trabajadora para resistir efectivamente. No se puede resistir a la esencia del capitalismo y su prejuicio de género mediante los métodos tradicionales de organización, fijándose en trabajadores regulares masculinos de grandes empresas.
Muchas mujeres activistas y sindicalistas han empezado a abordar las cuestiones de discriminación de género y violencia de sexo dentro del movimento popular, que hasta fecha de hoy han sido ocultados. A lo largo de los años, muchas fervientes y combativas mujeres activistas se vieron obligadas a abandonar el movimiento, a causa de la discriminación y la violencia. Siempre se ha considerado culpa de las mujeres o las mujeres victimizadas se vieron obligadas a “perdonar” por la “causa mayor”. Muchas mujeres activistas, trabajadores y sindicalistas se unen y llaman al movimiento para atacar el problema de jerarquía, discriminación y violencia.
No obstante, las mujeres deber saber y aceptar que eso no es un asunto de mujeres meramente afectadas “más”, tenemos que examinar los mechanismos del capitalismo que funcionan de una manera sesgada de género. De hecho, la mismisima globalización neoliberal se alimenta de la discriminación de género y utiliza efectivamente los valores tradicionales patriarcales para explotar aún más a las mujeres. Las ideologías patriarcales actúan para quebrar cualquier atento de las mujeres a politizar y formar resistencia.
Sin embargo, la esencia del neoliberalismo va manifestándose y las mujeres han empezado a contratacar. El capitalismo, bajo todas sus formas, significa explotación incrementada de la mujer, pero precisamente por eso, ofrece la posibilidad de organizar y resistir, en nivel nacional e internacional.
Las mujeres ahora deben ir adelante como sujetos unificando a la gente en nuestra lucha contra la globalización neoliberal. En vez de estar integradas en un movimiento de hombres o mujeres elitistas de clase media preparado, en vez de dar por hechos los problemas de discriminación, las mujeres trabajadoras, los agricultores, la población indigena, los inmigrantes y la gente de base del Tercer Mundo deber forman una solidaridad amplia. Tenemos que analizar la globalización desde el punto de vista de las mujeres, planear estratégias que se conformen con las necesidades particulares de las mujeres, proponer alternativas que incluyan a las mujeres como sujetos iguales, mantener el principio del internacionalismo y unirse con otros grupos oprimidos en la masiva resistencia de la lucha contra el capitalismo-e ir más allá y crear un mundo basado en la igualdad.
Para concluir, a los sindicatos de mujeres compuestos todavía les quedan más desarollos de realizar y muchos escollos que salvar, en sus luchas contra el capital nacional e internacional. Los sindicatos deben dudar el papel del capitalismo y su estrategia de incorporación.