Ante los graves problemas derivados de la crisis capitalista y del coronavirus
ANTE EL 1º DE MAYO, LOS SINDICATOS AFILIADOS A LA FSM SE DIRIGEN A LA CLASE OBRERA Y A SUS ORGANIZACIONES DE CLASE
Decía Paul Joseph Goebbels, ministro de Ilustración Pública y Propaganda del III Reich, íntimo colaborador de Hitler, muerto el 1 de mayo de 1945, día de la toma final de Berlín por parte de las tropas soviéticas, que “una gran mentira repetida sistemáticamente y por todos los medios posibles, se convierte en una gran verdad”. Bueno pues eso es lo que está pasando en el estado español a tenor de lo que eufemísticamente se denomina “crisis del coronavirus”.
La pandemia del coronavirus, de alcance mundial, está sirviendo para camuflar ideológica y propagandísticamente la crisis que en meses y años anteriores venía trayendo en su maleta el capitalismo, de la cual decían sus voceros y propagandistas que era una crisis coyuntural, y de la que se saldría más fuerte y esperanzado. Todo mentira, el capitalismo, en su última fase en la que está, histórica y socialmente la más agónica y posiblemente la más violenta de los últimos tiempos, ni puede ni quiere sacar la crisis económica y social del lugar en que se encuentra y por ello el virus covid -19 le ha venido perfectamente para echarle la culpa a la pandemia, generando en torno a este fenómeno multitud de mentiras con el objetivo central de evitar centrar la crisis social en crisis capitalista.
El capitalismo va a utilizar la crisis sanitaria para recortar todo tipo de derechos laborales y sociales, para permitir mantener y, si es posible, aumentar la tasa de beneficios, que es lo único que le importa. En ese sentido, el gobierno llamado “progresista” será muy útil. Permitirá, amparándose en la situación y en la aceptación social, en el instrumento idóneo en la estrategia del capital. Las primeras medidas tomadas al efecto fueron la concesión masiva de créditos, la prórroga en el pago de impuestos, la exención de muchos de ellos, etc. Pero la más importante, que es la propuesta de un Nuevo Pacto Social para la Reconstrucción, así es como lo llaman ellos, recuerda enteramente a los famosos y nunca olvidados Pactos de la Moncloa de triste recuerdo para la clase obrera donde se perdieron multitud de derechos de todo tipo logrados tras arduas luchas contra la Dictadura.
Si todos recordamos las declaraciones del gobierno “progresista”, así lo definen los predicadores del sistema, en su primer día de comentarios al Decreto-Ley de Estado de Alarma, señalaron reiteradamente que lo más importante era salvar el sistema productivo, que era el que en la esperada, una vez más, recuperación nos permitiría salir de la crisis en la que nos había metido el indeseable virus, que no entendía de clases, razas, sexos o religiones, que nos atacaba a todos por igual y con la misma intensidad. Otra gran mentira goebbeliana. La inmensa mayoría de los muertos son de la clase obrera y de los sectores populares, los ricos/as gozan de la ventaja de poseer estupendas y grandes mansiones y medios privados médicos para pasar cualquier tipo de cuarentena dure lo que dure.
No es necesario extendernos más, por ahora, en la breve descripción de la situación y de los métodos utilizados para mentir sobre las causas y las consecuencias del coronavirus. Tiempo habrá.
Además de las clásicas mentiras para mimetizar sus responsabilidades en la crisis políticas, sociales, humanas y ecológicas, la crisis del coronavirus ha colocado sobre la mesa el papel de los sindicatos del sistema, léase CC.OO UGT y afines, y de los empresarios, capitalistas y explotadores como se decía antes, no hace mucho. Los primeros han autorizado sin ruborizarse todo tipo de ERTES Y ERES que, como cualquier trabajador o trabajadora intuye y ya conoce en sus carnes, serán y son la antesala de futuros despidos, a la baja naturalmente, de recortes de salarios, porque hay que volver a salvar a las empresas, alma y esencia de la existencia de la vida, dirían ellos. Y como además la recuperación será larga, porque el sistema ha quedado tocado en su línea de flotación, aparecerán nuevas formas de relaciones laborales basadas todas en la precariedad y en la sobreexplotación.
Han hecho creer, con la propaganda goebbeliana, que capital y trabajo deben ir de la mano para salvar la situación, es decir, al capital, exactamente igual que lo hizo y que lo hará cualquier organización y propuesta parafascista. A esta propuesta de Pacto Social ya han dicho si la patronal y los sindicatos del sistema.
Conociendo a la patronal española, “tan solidaria ella”, no asistiría a las reuniones del nuevo Pacto Social sino fuera porque de él va a sacar pingües beneficios de todo tipo.
Decir, como se está diciendo y haciendo, que lo prioritario a salvar son las empresas capitalistas de toda forma y color es criminal. Sacrificar la salud y la vida de los trabajadores para la obtención de beneficios en el marco de la crisis, es de carroñeros y de miserables. Y decir que sin ellos no es posible la recuperación es un desprecio absoluto y total a la clase obrera, la única que ha sido y es capaz de levantar de la nada cualquier país y situación con su trabajo y esfuerzo. Por ello, no aceptamos el principio de que salvando a las empresas se salva al país. Creemos que a quien hay que salvar es a los trabajadores y trabajadoras, a la clase obrera, a los sectores populares y que para ello pensamos, y lo decimos muy alto y fuerte, que la única solución es el socialismo, el de la propiedad colectiva en manos de los trabajadores/as de los medios de producción, el de única democracia posible, el que se preocupa por la gente y no por los beneficios, en suma la única solución al coronavirus, que es el capitalismo.
ANTE LA CRISIS SANITARIA DEL CORONAVIRUS, SANIDAD PÚBLICA AL 100%
NO Y MIL VECES NO A LOS NUEVOS PACTOS SOCIALES
POR LA NACIONALIZACIÓN DE LAS EMPRESAS ESTRATÉGICAS
NO A LA OTAN Y A LA UE
POR EL SOCIALISMO, NO AL CAPITALISMO
Madrid, a 20 de abril de 2020